EL SABOR AMARGO DE LA DERROTA
Bent double, like old beggars under sacks,
Knock-kneed, coughing like hags, we cursed through sludge,
Till on the haunting flares we turned our backs,
And towards our distant rest began to trudge.
Men marched asleep. Many had lost their boots,
But limped on, blood-shod. All went lame; all blind;
Drunk with fatigue; deaf even to the hoots
Of gas-shells dropping softly behind.
Gas! GAS! Quick, boys!—An ecstasy of fumbling
Fitting the clumsy helmets just in time,
But someone still was yelling out and stumbling
And flound’ring like a man in fire or lime.—
Dim through the misty panes and thick green light,
As under a green sea, I saw him drowning.
In all my dreams before my helpless sight,
He plunges at me, guttering, choking, drowning.
If in some smothering dreams, you too could pace
Behind the wagon that we flung him in,
And watch the white eyes writhing in his face,
His hanging face, like a devil’s sick of sin;
If you could hear, at every jolt, the blood
Come gargling from the froth-corrupted lungs,
Obscene as cancer, bitter as the cud
Of vile, incurable sores on innocent tongues,
My friend, you would not tell with such high zest
To children ardent for some desperate glory,
The old Lie: Dulce et decorum est
Pro patria mori.
[Wilfred Owen]
--- TRANSLATION ---
Partidos en dos, como mendigos viejos metidos en sus sacos,
Chasqueando las rodillas, escupiendo como brujas, maldiciendo a través del fango,
Hasta que pudimos escapar de las llamas que nos acosaban,
Y avanzamos torpemente hacia nuestro lejano descanso.
Los hombres caminaban dormidos. Muchos habían perdido sus botas,
Pero marchaban cojeando, calzados con su sangre. Todos marchaban cojos
[y ciegos];
Borrachos de fatiga; incluso sordos a los alaridos
De los proyectiles de gas que goteaban a nuestras espaldas sigilosamente.
¡Gas! ¡GAS! ¡Rápido muchachos! -Desconcierto,
Todos nos ponemos las máscaras, torpemente, justo a tiempo,
Pero alguien todavía gritaba y se tambaleaba
Como chapoteando en cal viva-
Yo lo vi ahogarse, como desde las profundidades de un mar verdinegro,
A través de los cristales empañados y de la densa luz verde.
Ante mi vista impotente, en todos mis sueños,
Él se lanza contra mí, consumiéndose, asfixiándose, ahogándose.
Si también tú pudieras caminar como en un sueño sofocante
Detrás del furgón donde lo arrojamos
Y ver sus ojos blancos retorciéndose en su cara,
Como la de un demonio pecador, descolgada;
Si con cada nueva sacudida pudieras oír su sangre
Haciendo gárgaras desde sus pulmones descompuestos en espuma,
Obscena como un cáncer, amarga como la rumia
De las viles, incurables llagas sobre su lengua inocente,-
¡Oh, amigo mío! Ya no dirías con tanta alegría
A los jóvenes que sueñan desesperadamente con la gloria,
Aquella vieja mentira: Dulce et decorum est
Pro patria mori.
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