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viernes, 19 de agosto de 2022

AUTOMATISMO

                                                                                               A Dani 


        Cuando la realidad te atrapa y te somete
      en un abrazo candente
      que se te pega a la piel como acero fundido
      cuando te araña
      con sus labios de hiel de piel de miel
      y te estalla en la cara
      la realidad la nausea
      y ya no sabes ni puedes ni quieres esquivarla

        Cuando unos ojos tan puros inocentes
      se siguen reflejando en el espejo oscuro de la nada
      unos ojos claros serenos del pasado
      que aún te llaman

        Cuando ya no sabes ni quieres ni puedes
      ser otra cosa que este delirio
      esta delirante realidad en llamas
      y te acostumbras a sus cantos de sirena
      sus caricias sus desdenes sus miradas
      y te acostumbras a seguir latiendo respirando
      con esos ojos tan puros
      clavados en tu almohada
      velando tus vigilias sin sueños
      tus sueños sin mañana

        Esa mirada inocente
      que ya no volverá

        Cuando los dos surcabais alegres las montañas nevadas
      serpeando el sendero de luz que resbala y brinca entre los riscos
      entre las jaras de belleza insostenible
      hasta alcanzar la cumbre
      al otro lado de Esta Tu otra realidad infranqueable


                                                      [Nuria. 19/Agosto/2022] 

martes, 26 de abril de 2022

IL N'Y A PLUS D'ESPOIR IV

 Ce soir de juin, le bitume semblait fondre, se mêler à la poussière, aux odeurs de cheval et d'essence d'auto. Edward s'était tubé; il avait mis pour la première fois un costume gris aux reflets bleus, très ajusté. Il se sentait mieux, s'efforçait d'attiser cette étincelle de vie qu'il sentait en lui ce soir-là: il soufflait dessus; il imaginait une aventure, une rencontre, quelque chose qui l'insérerait de nouveau dans la vie. A la terrasse du Fouquet's, il échangea quelques saluts et donna même la main à un camarade malheureusement accompagné d'une dame, il se fût bien accroché à lui. Tout de même, Edward but son cocktail avec un parti pris d'optimisme. Sans doute, la rentrée solitaire chez lui, après une soirée décevante, il ne l'imaginait même pas. A cet instant, une soirée occupée d'un espoir de rencontre lui apparaissait toute une existence à épuiser: un malade, pour subsister, se nourrit d'un rien; à ce noyé, une branche suffit pour qu'il surnage. Vers huit heures, Edward eut faim. Voici longtemps qu'il ne s'était senti de l'appétit. Il résolut de dîner selon son goût au restaurant italien de l'avenue Matignon. Il marchait légèrement. Cette étreinte à sa nuque d'une main invisible s'était desserrée. Son ennemi lui laissait le champ libre. La marche ne lui était plus un effort. Aucune gêne dans ses jambes ni dans ses bras; plus rien de cette lassitude qui le jetait, des journées entières, sur son divan, perclus autant qu'un paralytique. Il se sentit réellement un jeune homme comme les autres jeunes gens, et sourit à une ouvrière qui s'était retournée. Ah! il eût dû se souvenir de ce supplice de l'espérance qu'imagine Villiers, du prisonnier trouvant la porte ouverte, le corridor libre, la cour sans gardien et qui, fou de délivrance, atteint la porte dernière où son persécuteur l'attend et lui sourit.

[La chair et le sang, François Mauriac]

--- TRADUCTION ---

YA NO HAY ESPERANZA IV

  Aquella tarde de junio, el asfalto parecía fundirse con el polvo, con el olor de los caballos y la gasolina. Edward se había almidonado por completo; había estrenado un traje gris con reflejos azules, muy ajustado. Se sentía mejor, se esforzaba por avivar esa chispa vital que lo envolvía aquella tarde: Se dejaba confortar por ella; fantaseaba con una aventura, un encuentro, cualquier cosa que lo devolviera de nuevo a la vida. En la terraza del Fouquet, intercambió algunos saludos, incluso le dio la mano a un amigo suyo que, para su pesar, se encontraba acompañado de una señorita, de lo contrario se habría enganchado a él. Aún así, Edward tomó su cóctel con un leve optimismo. Desde luego, no le cabía en la cabeza el solitario regreso a su casa después de un velada decepcionante. Por el momento una única velada imbuida con la esperanza de un encuentro se presentaba ante sus ojos como una vida entera que malgastar: un enfermo, para subsistir, se alimenta de casi nada; a nuestro ahogado le bastaba una rama para flotar. Hacia las ocho, Edward sintió hambre. Había pasado ya mucho tiempo desde que había perdido el apetito. Decidió cenar, a su gusto, en el restaurante italiano de la avenida ' Magtinon'. Marchaba a paso ligero. Se había disipado la sensación en su nuca de una mano invisible que lo estrangulaba. Su enemigo le dejaba vía libre. Avanzar ya no le resultaba un esfuerzo. Ninguna molestia en sus piernas ni en sus brazos; ya no quedaba nada de esa lasitud que lo dejaba postrado en el sofá durante días enteros marginado como un paralítico. Se sentía como un hombre en plena juventud, como el resto de los jóvenes, y sonrió a una joven obrera que se había vuelto para mirarlo. ¡Ah!, debería haberse acordado de ese suplicio de la esperanza que imaginaba Villiers, del prisionero que, habiendo encontrado la puerta abierta, el pasillo libre, el patio sin guardianes, loco de libertad, alcanza la última puerta donde lo espera sonriendo su perseguidor.

[La chair et le sang, François Mauriac]


lunes, 28 de febrero de 2022

LA VIE EST UN MIRAGE

  Vu de loin, cet édifice a quelque majesté. Il se déroule à l'horizon, au front d'une colline, et à distance garde quelque chose de son ancienne splendeur, un air de château de roi. Mais à mesure que vous approchez, le palais devient masure. Les pignons dégradés blessent l'oeil. Je ne sais quoi de honteux et d'appauvri salit ces royales façades; on dirait que les murs ont une lèpre. Plus de vitres, plus de glaces aux fenêtres; mais de massifs barreaux de fer entre-croisés, auxquels se colle ça et là quelque hâve figure d'un galérien ou d'un fou.

  C'est la vie vue de près.

[Le Dernier Jour d'un Condamné, Victor Hugo]

--- TRADUCTION ---

LA VIDA ES UN ESPEJISMO

  Visto desde lejos, este edificio reviste cierta majestuosidad. Se despliega en el horizonte, enfrente de una colina, y desde la distancia conserva algo de su antiguo esplendor, como un castillo de reyes. Pero a medida que os acercáis, el palacio de transforma en choza. Las saeteras degradadas ofenden la vista. Un no sé qué de vergonzoso y misérrimo ensucia estas reales fachadas; se diría que los muros tienen lepra. Más vidrieras, más cristales en las ventanas; pero con macizos barrotes de hierro entrecruzados, a través de los cuales aparece aquí y allá la figura pálida y derrotada de un condenado o de un loco.

[El ultimo día de un condenado, Víctor Hugo]


IL N'Y A PLUS D'ESPOIR III

  Le pourvoi, c'est une corde qui vous tient suspendu au-dessus de l'abîme, et qu'on entend craquer à chaque instant, jusqu'à ce qu'elle se casse. C'est comme si le couteau de la guillotine mettait six semaines à tomber.

[Le Dernier Jour d'un Condamné, Victor Hugo]

--- TRADUCTION ---

NO HAY ESPERANZA III

La apelación, es una cuerda que nos mantiene sobre el abismo, y que oímos crujir a cada instante, hasta que se rompe. Es como si la cuchilla de la guillotina emplease seis semanas en caer.

[El ultimo día de un condenado, Víctor Hugo]


viernes, 11 de febrero de 2022

LE CHAT

MOKY

Viens, mon beau chat, sur mon cœur amoureux:
   Retiens les griffes de ta patte,
Et laisse-moi plonger dans tes beaux yeux,
   Mêlés de métal et d'agate.


Lorsque mes doigts caressent à loisir
   Ta tête et ton dos élastique,
Et que ma main s'enivre du plaisir
   De palper ton corps électrique,


   Je vois ma femme en esprit; son regard,
Comme le tien, aimable bête,
   Profond et froid, coupe et fend comme un dard.


   Et, des pieds jusques à la tête,
Un air subtil, un dangereux parfum
   Nagent autour de son corps brun.

[Charles Baudelaire, Les Fleurs du mal]

--- TRADUCTION ---

   EL GATO

Ven hacia mí, junto a mi corazón enamorado, mi gato hermoso,
   Refrena las garras de tu pata,
Y deja que me sumerja en el encanto de tus ojos,
   Entreverados de metal y de ágata.


Desde que mis dedos acarician con descuido
   Tu cabeza y tu lomo elástico,
Y que de placer se embriagan mis sentidos
   Al palpar tu cuerpo eléctrico,


   Veo a mi mujer en espíritu; su mirada,
Como la tuya, amable criatura,
   Profunda y fría, corta y siega como una daga.


  Y desde los pies hasta su altura,
Un perfume peligroso, una imperceptible estela
   Navegan alrededor de su piel morena. 

[Charles Baudelaire, Las Flores del mal]


domingo, 6 de febrero de 2022

LA NIEBLA EN LOS CANALES [o contra la peste de la guerra. Cuento negro...]

       Le Radeau de la Méduse. Theodore Gericault


No sé. No sé si, tal vez, todos los días son iguales, como los hijos espurios que continuará pariendo la niebla al amanecer. No sé si, tal vez, habrá un lugar en el mundo donde el reflejo de las cosas en los estanques sea nítido: porque estos canales, donde no corre el agua ni se renueva, son tan opacos como la muerte. Aunque me detengo, y los miro; o penetro en el movimiento de las ondas y participo de su fruición demoníaca; no, no conceden la gracia de revelarse. No: de los canales sólo emergen los cuerpos inertes que la peste se ha cobrado en tributo a su ferocidad: flotan sin rumbo, o en el rumbo hacia el infierno; desde aquí ya escucho sus desmedidas arcadas, o el lamento doliente de los condenados. Los hambrientos son una legión informe, sombría que va recorriendo, encenagando los últimos relámpagos de luz, rebañando migajas y desperdicios. Las campanas resuenan como látigos, tan cerca que, parece, tira a tira me despellejaran, y sobrevuelan los canales anunciando un juicio final que no acaba; dan las horas que nos quedan, dan y doblan. En estos tiempos la incertidumbre, como una bruma fría, húmeda e impenetrable hurga en los corazones de los mortales.


Se mueve la barca, como una estéril balsa de náufragos medusinos que parece, que me transporta; pero no incide la mirada más que un palmo en el vientre de la tiniebla. El canal es tan estrecho que roza el flanco de la embarcación con la orilla: escucho el golpetear de muro y paquebote, que parece quebrarse, luego el largo, elástico deslizamiento que chirría; aguardo, retengo la respiración en la espera de hundirme hasta que acaba esta berrea o estridente llamada del abismo; mas otra vez navego. Sí, creo que a veces me asalta el vómito a la boca, que estoy también infectado, así espero como los otros en este abandono, ese beso de hielo hacia el alba, cuando el cierzo corte como un bisturí.