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martes, 6 de julio de 2021

LA LOI OU L'ÉTHIQUE?

   «Le droit ne fait pas toute la morale. Il faut toujours s’en souvenir. C’est le philosophe Alain qui disait ça. La prétention du droit, c’est de prétendre recouper et envelopper toute la morale. Mais si par malheur, un jour, le droit prétend recouper et envelopper toute la morale c’est un droit qui est un droit véritablement totalitaire qui estime qu’en définitive il n’y a plus la place pour une conscience, une subjectivité et une indépendance du jugement par rapport à ce que la loi fait.
  Au fond, ce que la loi attend de nous c’est que nous lui obéissions. Mais ce que la loi n’attend pas de nous, c’est que nous lui donnions nécessairement notre assentiment, en tant que personne consciente, en tant que personne ayant sa moralité.
  Je suis obligé de me soumettre à la loi, même si je ne partage pas la conception morale que la loi met en place et défend. Par exemple: ne pas voler mon banquier. Je ne peux pas attaquer et braquer une banque. Je n’ai pas le droit de le faire, même si j’estime que les banquiers sont tous des bandits et des voleurs et que la morale serait de voler le voleur. Je ne le ferais pas.»

[Alain Guyard, philosophe et consultant en éthique médico-sociale; d'après une interview du Dr Mathieu Lacambre sur la plateforme FUN MOOC dans le cours 'Les conduites suicidaires: identifier et prévenir']

--- TRADUCTION ---

       ¿LA  LEY O LA ÉTICA?

  El derecho no determina toda la moral. Nunca debemos olvidarlo. Ya lo dijo el filósofo Alain. El objetivo del derecho es abarcar toda la moral y coincidir con ella. Pero si por desgracia, un día, lo consigue, se convertiría en un derecho absolutamente totalitario que considera que no hay sitio para la consciencia, una subjetividad y una independencia de juicio respecto a lo que la ley hace.
  En el fondo lo que la ley espera de nosotros es que la obedezcamos. Pero lo que la ley no espera de nosotros necesariamente es que le otorgemos nuestro asentimiento, en tanto que personas conscientes, en tanto que personas con una moral propia.
  Yo estoy obligado a someterme a la ley, aunque no comparta la concepción moral que la ley estipula y defiende. Por ejemplo: no debo robar a mi banquero. Yo no puedo asaltar un banco. Yo no tengo derecho a hacerlo, aunque piense que todos los banqueros son unos bandidos y unos ladrones y que lo moral sería robar al ladrón. Yo no lo haré.

[Alain Guyard, filósofo y asesor de ética médico-social; según una entrevista realizada por el Dr Mathieu Lacambre para la plataforma  FUN MOOC en el curso 'Las conductas suicidas: identificarlas y prevenirlas']
   

DOÑA EVA

  Doña Eva, siempre preciosa, siempre presencia, faro incandescente en el Puerto de Navacerrada... Gira y gira sin parar, en su patio que da al Sur, con el Terry y el Chocolate, sus fieles perros, bailando con sus sombras. Giulietta de los espíritus, soñando al compás del sol de invierno.

  Ahora rescata un dudoso rastrillo, en realidad un trozo de hierro de Ikea, tesoro-escombro recuperado para su casa de las maravillas..., eterna Alicia de sesenta y pocos años; ahora un pino triste, abandonado, olvidado en las vías del tren; ahora te sirve un trocito de su corazón, en un puchero, aderezado con verduras y finas hierbas y un buen vino, por supuesto muy generoso; ahora te saluda con la mano, mientras se va haciendo cada vez más pequeña, cada vez más grande en la distancia, mientras nosotros, tal vez nadie, tal vez sólo una excusa para  hacerla feliz tan sólo tres o cuatro horas de su ubérrima vida, nos alejamos en el coche, hasta que sólo queda el fulgor de su sonrisa sobre los surcos, cada vez más pronunciados, que el viento serrano va arando sobre su cara..., ¡tan bonita!

  Doña Eva, contra el impío mundo, todavía resiste, todavía coloca una o dos piedras más en su refugio de montaña, todavía se levanta, ¡y aún con fiereza!, cada mañana, a pesar de casi todo, a pesar de casi tan poco..., todavía cosecha fresas otoñales, mucho más salvajes que las de Bergman, agridulces, auroras crepusculares incendiándolo todo de rojo y verde; todavía restaña las heridas de todos aquellos que necesitan consuelo, ya sean hombres o mujeres, perros o gatos, conejos, arbolitos titubeantes, malas hierbas (para su desgracia), hasta rocas y ramas caídas: espíritus atrapados en lo inorgánico, seres todos, en sí, desterrados como ella. ¿Quien lo ha querido así?

[Nuria. 12 - Enero - 2016]

NO HAY PAZ PARA EL POETA


                                                             Para Dani, el poeta...

No hay Paz para el Poeta

                           ni siquiera...
A la hora de la siesta
                           de Caronte,
Porque los muertos ensayan
                           su coro mendicante,
Su mea culpa de fracasos
                           y de olvidos...,
                           ni siquiera
A la hora del lobo,
Porque los otros muertos,
Los que no tienen conciencia (ni declarada)
Porque la esconden
En paraísos fiscales,
En cuentas offshore,
Bajo nombres mentirosos,
Ensayan sus discursos, sus estafas
                           del miedo, del odio,
                           sus traiciones
                           de lesa humanidad
En poltronas sintéticas
Sin color conocido ni mácula "visible".

No, no hay Paz para el Poeta
                         ni tan siquiera...
Una vez alcanzado el anhelado Puerto de los Justos,
Ahora bajo el yugo de sus verdugos,
Apenas si pudieron defenderse...

No, no hay Paz para el Poeta,
Se le secó la boca de tanto predicar
                           en el desierto
                           por los otros...
Ya ni siquiera la náusea
Acude en su consuelo.
Ya ni siquiera las lágrimas torrenciales...
Ya ni siquiera el dolor, su viejo amigo,
                           perro bastardo,
Ya ni siquiera sus versos, tan terribles,
Que partieron el mundo, tantas veces,
Como Roldán con su espada de cartón.

No, no hay Paz para el Poeta.
                           Ni siquiera...
Aunque se exilie y se exilie y se autoexilie
Y se encierre y se entierre
En su bonita cueva de hormigón,
                           DESARMADO
Del fin del mundo,
Y se niegue a salir
                           si no es de noche
Solo y sólo, junto a su fiel perro, tan amado,
El Tao de las montañas,
Cuyos certeros pasos
Habrán de acompañarle
El tiempo que aún, aún les reste...

No, no habrá Paz para el Poeta,
                           ni siquiera,
Cuando emprenda su último viaje,
La última ascensión a su Montón de Trigo,
Porque aún todavía
Los buitres luctuosos y desvergonzados
Sobrevuelan en círculos la cumbre.

Pero ¡NO!, YO NO PUEDO NI DEBO,
TERMINAR ASÍ ESTE POEMA... 


[Nuria, 11-5-2016]

                           

SIN TI EN LA CASA DE ASTERIÓN


SIN TI en el rumiaje en la Soledad

en el laberinto que no habita ni siquiera
Nadie
en la casa de Asterión bajo la cáscara
del Olvido con que me nombran

SIN TI Nadie sabe de Nadie en verdad y la
Nada
creo que es la última cena

SIN TI la Melancolía de a gotas resbala
por las rocas de la gruta como fugaces
estrellas
que alumbran los íntimos umbrales

SIN TI la casa de la Decepción

cuando contemplo el rostro de los otros sin
máscara
y el de este necio aflictivo contrahecho
Mundo que huele a lodo
fétido y brutal

SIN TU MIRADA limpia y verdadera
que pueda contemplar ese mundanal espectáculo
por mis ojos

con la más pura de las inocencias...

[Daniel Espín, Versos Cotidianos, Sin ti en la casa de Asterión]

--- TRADUCTION ---

SANS TOI DANS LA MAISON D'ASTÉRION

SANS TOI dans la rumination dans la solitude
dans le labyrinthe où n'habite même pas
Personne
dans la maison d'Astérion sous la coquille
de l'Oubli avec laquel on me nomme

SANS TOI Personne ne connaît Personne en vérité et le
Néant
je pense que c'est la dernière cène 

SANS TOI la mélancolie  en des gouttes  glisse
par les rochers de la grotte comme des fugaces
étoiles
qui allument les seuils intimes

SANS TOI la maison de la déception
quand je contemple le visage des autres sans
masque
et celui de cet insensé affligeant tordu
Monde qui sent la boue
fétide et brutale

SANS TON REGARD nette et véritable
qui puisse contempler ce spectacle mondain
par mes yeux

avec la plus pure des innocences...